Para podernos aproximar al neoclasicismo es necesario que conozcamos el contexto del que proviene, las circunstancias que lo rodean, y para eso es necesario aproximarnos al siglo de las luces.
El siglo XVIII, también llamado siglo de las luces, es una época de muchos cambios sociales. Todas aquellas fueron el resultado de una serie de cambios en la corriente de pensamiento de la época.
La “luz” que guía a la sociedad y a su progreso cambia radicalmente. El mundo había estado dirigido por la Iglesia, por sus representantes y por los dogmas religiosos, sin embargo estas líneas de pensamiento parecían estar reprimiendo todas las ideas que bullían en la mente de los primeros ilustrados.
Las ideas de la ilustración comienzan a formarse desde la Revolución científica en el siglo XVII, período en el que personajes como René Descartes, Johannes Kepler, Francis Bacon o Galileo Galilei quienes dan a la ciencia la importancia que el mundo le daba a la religión. En la revolución científica se realizan muchos descubrimientos y avances, sin embargo estos logros solo influyeron en reducidas élites europeas.
“Atrévete a conocer! ¡Ten el valor de usar tu propia inteligencia!”
Este lema de la ilustración, proclamado por el filósofo alemán Emmanuel Kant puede ayudar a introducirnos en el movimiento ilustrado. Un movimiento que buscó populizar la luz de conocimiento que se estaba gestando desde la revolución científica, un movimiento que defiende al pensamiento científico y filosófico, que vela por las garantías individuales y que se distingue por su carácter crítico e intelectual.
La Ilustración fue un movimiento intelectual que abarcó todas las áreas del conocimiento. La filosofía, la religión, la economía, la política, la ciencia, la técnica y las artes. Está caracterizada por promover el desarrollo científico, el pensamiento racional así como las libertades y derechos del hombre. Sus principales exponentes son los filósofos Montesquieu, Voltaire y Rousseau quienes exponen ideas como la separación de los poderes del estado, la igualdad de los ciudadanos y reflexiones sobre la división de clases. Hacen también una crítica severa hacia la sociedad de su época y al absolutismo.
Las ideas de la ilustración se ven reflejadas en numerosas revoluciones posteriores tales como la Revolución Francesa. Sus principios también influyeron en el “Despotismo Ilustrado”, tipo de gobierno en el que los monarcas europeos se interesaron en el desarrollo cultural y científico así como en el bienestar de su población. Los más grandes representantes del despotismo ilustrado fueron Carlos III de España, Catalina de Rusia, Federico II de Prusia y María Teresa y José II de Austria.
Otro fruto de la ilustración es la enciclopedia, obra que buscaba compilar todo el conocimiento obtenido hasta el momento así como los principios ilustrados. Fue realizada por Diderot y D’Alambert y publicada en 28 tomos entre 1751 y 1772.
Dentro de este rico y revolucionado contexto surgen los siguientes movimientos estéticos; posbarroco, rococó, neoclasicismo y prerromanticismo.
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